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sábado, 30 de abril de 2011

La Beatificación de Juan Pablo II y el nuevo equilibrio de las fuerzas entre el Clero y el Estado

Por: Maritza Cantarell Castillo


El próximo primero de mayo se cristalizará una de las aclamaciones más vociferadas en la historia del catolicismo –y quizás también una de las más cuestionadas-,  la beatificación del pontífice más querido por la humanidad, Su Santidad Juan Pablo II, tema que ha sido criticado por líderes en innumerables ramos en todo el mundo.

El tema se encuentra en el ojo del huracán no sólo por el hecho de la rapidez con la que se efectuará dicho protocolo, a diferencia del proceso que pasaron otras canonizaciones, sino también porque durante el mandato del Papa Polaco salieron a relucir ciertas irregularidades que ponen en entredicho el emblemático papado de Juan Pablo II.

Sólo han pasado seis años desde la muerte de Karol Józef Wojtyla, su nombre verdadero, y aún es recordado por los fieles como uno de los más queridos Papas al atreverse a romper las tradiciones cuadradas que habían guardado sus antecesores  antes de que llegara al trono de la Iglesia.

El historiador de la iglesia Michael Walsh se pregunta si es "necesario o conveniente" beatificar a Juan Pablo tan pocos años después de su muerte, dado que la mayoría de los participantes en el proceso, incluido el Papa actual, de algún modo le deben sus puestos al pontífice difunto y por lo tanto cabe dudar de su imparcialidad. "Sin duda era una personalidad carismática y en su funeral hubo clamores de 'santo súbito'", escribió Walsh en la revista católica liberal británica The Tablet. "Pero eso difícilmente justifica que la Congregación para las Causas de los Santos haya dejado de lado su cautela tradicional para acelerar el proceso con una prisa que nos parece impropia". 1[Redacción (21 de Abril, 2011). Crecen las críticas a la beatificación de Juan Pablo II. El Universal. Obtenido en la red el 25 de abrl de 2011: dirección (http://deportes.eluniversal.com/2011/04/21/crecen-las-criticas-a-la-beatificacion-de-juan-pablo-ii.shtml)]

Se sabe de la simpatía que siempre le tuvo Benedicto XVI, actual jefe de la Iglesia, quien inició el proceso de beatificación tan sólo dos meses después de haber fallecido Wojtyla el 2 de abril de 2005, con 84 años de edad, a pesar de los cinco años como mínimo que dictaba el protocolo para la canonización.

Se pudo ver en las diversas transmisiones de televisión de todo el mundo, cientos de miles de devotos que reunidos en el lecho de muerte de Juan Pablo II gritaban “santo súbito”, “santo ya”. Ese fenómeno de fe cautivó corazones en el planeta entero, quienes no podían creer que el ser que había llevado esperanza a naciones completas, se había ido para siempre.

Al conocerse la noticia de la beatificación, en Roma, 13 teólogos, así como profesores católicos de Europa y América Latina, dieron a conocer un manifiesto en el que piden a los fieles “testimonios contrarios” a la beatificación de Juan Pablo II, aun dando fe de “los aspectos positivos de su pontificado, como fue el compromiso por la paz o la tentativa de admitir las culpas históricas”. 2[Redacción (17 de enero de 2011).Se agrupan opositores a la beatificación de Juan Pablo II.Milenio.com. Obtenido en la red el 25 de abril de 2011: Dirección(http://impreso.milenio.com/node/8896513)]

Su mensaje de paz  llegó a casi todos los rincones del mundo, valiéndose no sólo de los medios de comunicación, de quienes se ganó la simpatía al conceder con mayor facilidad entrevistas, si no acudiendo en carne propia a países a los que ningún pontífice había visitado por las relaciones diplomáticas entre el Clero y el Estado que en ocasiones ni eran buenas, ni eran malas, simplemente no existían, como lo era el caso de México, cuando durante el sexenio de López Portillo se dio la primera visita Papal.

El cambio radical de la imagen que tenía la Iglesia fue transformado en gran parte gracias a las acciones de Juan Pablo II, durante lo que se considera uno de los mandatos más largos de un pontificado. Según una encuesta realizada en la diócesis de Indiana (EEUU), con lo que más se identificaban los feligreses era con su sonrisa, la devoción mariana, su dominio de varios idiomas, el perdón concedido al que quiso asesinarlo y su amor a los niños y los pobres.

Al Papa Juan Pablo II se le atribuyen movimientos importantes e históricos para naciones que habían sido oprimidas como lo es la caída del comunismo en el Este de Europa en los años 80, en gran medida gracias a que se proclamó siempre a favor del Sindicato Independiente Polaco Solidaridad.

La simpatía hacía su santidad Juan Pablo II no tiene color, clase, ni nacionalidad, y la prueba de ello es que se espera que más de dos millones de personas de distinta procedencia asistan a la ceremonia en Roma, misma que celebrará el actual Papa Benedicto XVI.

La fe hacia el beato tampoco tiene creencia política, ya que distintos jefes de estado se darán cita en El Vaticano como el Presidente de México, Felipe Canderón Hinojosa, el primer Ministro Francés, François Fillon, la primera dama dominicana, Margarita de Fernández, entre muchos otros líderes del mundo.

Quizás el cariño que le tomó la gente radique en la imagen accesible del Pontífice que demostró igual con jefes de estado que con medios de comunicación y ciudadanos comunes que en diversas ocasiones tuvieron la oportunidad de acercarse al él.

Aunque se trató del Papa más abierto hasta este momento en temas muchas veces sensibles para naciones cuya ideología había sido oprimida, Juan Pablo II se mostró inflexible en temas casi incuestionables para la Iglesia como el control de la natalidad, el aborto, el divorcio, el papel de las mujeres en la Iglesia y el celibato que deben de guardar los sacerdotes. Pero a pesar de ello siempre se mostró firme en su oposición a la guerra y en hacer severas críticas contra el capitalismo salvaje.

Uno de los actos más conmovedores para la opinión pública fue el suplicar perdón por los pecados cometidos en la historia de la humanidad, el 12 de marzo del año 2000, en donde hizo referencia a las Cruzadas, la Inquisición y la discriminación hacia las mujeres y las etnias.

A un paso de recibir la gloria eterna de los altares, gracias al milagro concedido a la religiosa de origen francés Marie Simon-Pierre, quien sufría al igual que Juan Pablo II el mal de Parkinson, este llamado milagro es cuestionado debido a que diversos grupos aseguran que no se realizó una investigación más profunda, mientras que otros atribuyen esta curación como inexplicable.

Lo cierto es que para que “Lolek”, como lo llamaban sus amigos más cercanos, sea canonizado  hace falta otro milagro bien documentado. En tanto que ha recibido a la par diversas críticas por faltas cometidas por sacerdotes durante su mandato, como lo es la acusación del mexicano Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, quien es acusado de pedofilia y fue encubierto por Juan Pablo II, al no tomar acciones al respecto, mismas que ya fueron castigadas por Benedicto XVI al quitarle todas las atribuciones de las que gozaba Maciel como hombre de Dios.

Al respecto el biógrafo papal George Weigel rebatió las críticas contra quienes se oponen a la canonización de Juan Pablo II y en declaraciones para “ACI Prensa” el 25 de abril del presente año afirmó que las investigaciones han sido profundas y que los resultados llenan cuatro volúmenes y con respecto al caso Marcial Macil dijo que el Papa fue engañado por él al igual que mucha gente.

El papel que jugó el Papa Juan Pablo II para lograr una relación más estrecha entre el Clero y el Estado fue fundamental, ya que a diferencia de otros pontífices de la historia moderna que se habían mantenido al margen, éste trató de involucrar a los jefes de estado en diversas ocasiones como en el Encuentro Ecuménico de Oración en Asís, donde mandó un mensaje a los gobernantes para que hicieran una lista de diez compromisos a favor de la paz mundial.

Líderes de distintas naciones harán una pausa en sus apretadas agendas este primero de mayo, para conocer y reconocer al dirigente espiritual que por muchos años, 32 para ser exactos, guió y dio un vuelco total tanto en la forma de profesar, como en otras ocasiones en la forma de gobernar y amar a sus semejantes, tal y como lo hizo Juan Pablo II.
La beatificación de Karol Józef Wojtyla dará paso al estrechamiento nuevamente entre el Clero y el Estado, misma que no siempre ha ido de la mano, pero que Juan Pablo II procuró realizar con aciertos y errores, y que finalmente sirvió para dejar claro el mensaje de paz por sobre todas las cosas.
“La humanidad guardará un emotivo recuerdo de la incansable labor de Su Santidad Juan Pablo II a favor de la paz, la justicia y la solidaridad entre los pueblos”.  (Fidel Castro, 4 de Abril 2005).

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